lunes, 7 de diciembre de 2009

Crema de Azafran

Si te gustan las cremas dulces, este postre con azafrán será especial para que en estas fiestas te luzcas cocinando un delicioso postre frío para toda la familia.

Ingredientes para 6 porciones

½ taza de crema de leche
750g de laban
6 dedales de azafrán
350g de azúcar impalpable
1 tapita de licor de anís
1 tapita de triplesec
Esencia de vainilla c/n
Frutas de estación c/n

Procedimiento

Bata la crema tipo chantilly con el azúcar, el azafrán y la esencia de vainilla. Incorpore el laban y el licor de anís con el triplesec. Arme la copa con las de estación primero, luego la crema y decore con frutillas, hojas de menta y una rama de canela.

Los Buenos Muchachos, setenta años de vida y viento en popa

La noche del miércoles se celebró en el restaurante Los Buenos Muchachos, de Cumming con Mapocho, una fiesta especialísima, que fue el aniversario número 70 de la hoy gigantesca parrilla y sala de fiestas que maneja su propietario, José Ignacio Vivanco.

Es excepcional, primero, que un establecimiento gastronómico celebre en nuestro país siete décadas de vida. Pero más excepcional es el hecho que el final del año 2009 encuentre a Los Buenos Muchachos en el mejor momento de su vida empresarial. Con un inmenso establecimiento perfectamente equipado para más de 1.200 personas y con las facturaciones más grandes de su vida. Parrillada a la vista, excelente cocina chilena, un batallón de garzones de servicio muy correcto y show tropical y folcórico, incluso con ballet pascuense, de primera categoría incluido.

Sin embargo, la excepcionalidad mayor la constituye el hecho de que el fundador, el hombre que pedaleaba en su bicicleta hasta el Mercado Matadero para comprar los insumos con que elaborar él mismo los ya míticos arrollados, don Nacho Vivanco -Ignacio padre- haya sido el rey de la fiesta y haya estado de punta en blanco, espaldudo y bien vestido celebrando con todo el mundo.

Los Buenos Muchachos es ahora un imperio que ocupa media manzana de las grandes, que fue creciendo año a año, a partir del lugar en el que don Nacho empezó con dos salitas pequeñas a vender perniles, arrollados y chicha baya curadora.

Ya se ha contado antes en estas páginas que en unas piezas anexas al expendio de chichita con pichangas, vivía la familia Vivanco y que allí dormía y estudiaba el actual patrón, José Ignacio.

Don Nacho contó el miércoles, con mucha gracia, que siempre ante el afán del primogénito que vivía y moría hablándole de “el negocio, el negocio”, él le decía, “no hijo: ahora “estudea, estudea”.

Así es que el adolescente José Ignacio tuvo en su momento que estudiar en serio, concurrir a la Escuela de Derecho y a la vuelta de los años recibirse de abogado. Pero los tribunales ni los conoce, o los ha olvidado, porque el día en que se recibió, volvió apuradito al negocio, le mostró el diploma al padre y le dijo: “Ya, papá, soy abogado. Ahora me voy a ir a poner a la caja”.

Esa es historia verdadera y de la caja, cuando el padre todavía tenía muchas fuerzas y ganas, Ignacio, por esas cosas que parecen ser ley de la vida, fue profesionalizando el servicio, entrenando cocineros de mejor calidad, ampliando los espacios, instalando más mesas y transformando a Los Buenos Muchachos, gracias al show y las buenas parrilladas, en el lugar de encuentro preferido de los viernes y sábados de la clase media santiaguina, del Día de la Secretaria, de los eventos de empresas y hasta de los actos de campaña de Lavín, de la Presidenta Bachelet y recientemente de un evento de la campaña de finanzas de Frei, que metió 1.200 personas a comer y a bailar con la mayor comodidad.

Eso sí, y hasta hace muy poco, don Nacho, el patriarca, elaboraba él mismo los arrollados que siguen siendo una de las especialidades preferidas.

El miércoles, en la fiesta estaban “Las Tocas Negras” Augusto Vásquez, de Donde Augusto; Javier Pascual, de La Cocina de Javier; Giovani Vanni, del Danubio Azul; Luis Fernández, de La Mar y Coco Pacheco, del célebre e incendiado Aquí está Coco.

Hubo abundantes aperitivos y un plato principal constituido por los tres grandes premios obtenidos por la cocina de Los Buenos Muchachos en el Concurso Nacional de Gastronomía, servidos en uno solo: Chanchito Campero, con salsa de callampas, garrón de cordero al horno y plateada con charquicán.